jueves, 30 de abril de 2009
martes, 28 de abril de 2009
No te salves (Mario Benedetti)
No te quedes inmóvil
al borde del camino
no congeles el júbilo
no quieras con desgana
no te salves ahora
ni nunca
no te salves
no te llenes de calma
no reserves del mundo
sólo un rincón tranquilo
no dejes caer los párpados
pesados como juicios
no te quedes sin labios
no te duermas sin sueño
no te pienses sin sangre
no te juzgues sin tiempo
pero si
pese a todo
no puedes evitarlo
y congelas el júbilo
y quieres con desgana
y te salvas ahora
y te llenas de calma
y reservas del mundo
sólo un rincón tranquilo
y dejas caer los párpados
pesados como juicios
y te secas sin labios
y te duermes sin sueño
y te piensas sin sangre
y te juzgas sin tiempo
y te quedas inmóvil
al borde del camino
y te salvas
entonces
no te quedes conmigo.
jueves, 23 de abril de 2009
Bufón juez
lunes, 20 de abril de 2009
sábado, 18 de abril de 2009
Soy
Absurda,
frenética,
obtusa,
inmigrante,
humillación de registro civil,
humillación en muchas partes de la cuidad,
confusión a mitad del camino,
en el pasillo,
en el tren,
hasta en el ascensor,
algún sin embargo existo
escondido en el desván
de los difuntos enamorados,
idiota,
enamoradiza,
con armadura hasta los dientes,
muerta de sed,
de amores,
de decepciones,
de mentiras,
muerta de hambre,
por algún cuerpo muerto
que pueda ansiarme,
muerta y viva,
viva y muerta.
Feliz,
llorosa,
histérica,
cínica,
adyacente,
beoda,
con resaca
y sin ella,
lista
y lenta,
el mundo a mis pies,
molécula en el universo,
soy casi todo aquello
y mucho más o menos,
pero al fin
soy algo dentro del todo.
martes, 14 de abril de 2009
Solitaria
Y estaré sola el día de mi cumpleaños,
cuando por fin aparezca mi primer carie,
la primer arruga que corte mi rostro,
estaré sola cuando la nostalgia
me atrape entre las sombras,
cuando los dolores del alma
sean similares a los del cuerpo,
y aún cuando recuerde el nombre del último
que se atrevió a romper mi corazón.
Y así hasta que el vino pierda su sabor...
miércoles, 8 de abril de 2009
Tazas de café
Tazas de café
embriagadas de licor,
que a falta de estímulo
las ideas danzan
esquivando la resaca del mañana.
Mis parpados a medio cerrar,
atrapados por la oscuridad
dejo que el alma se acurruque en el pecho,
que se acomode de forma felina
y por fin, caiga rendida en sueño.
A estas horas de la noche,
la muchedumbre se vuelve bromista,
las jóvenes sabuesos se disfrazan de arlequines
su sensualidad se vuelve burla,
hombrecitos que sueñan ser hombres,
usurpadores de palabras que no les caben en la boca,
se enamoran de bufones con taco
dejan su sueño en los rincones,
y olvidan que el amanecer esta a un paso
de encontrarles beodos
y abrazados a una ilusión de concreto.
Al otro lado de la calle,
las aves de rapiña
destrozan lo poco que sobra
de un vagabundo,
y a escasos pasos
al excéntrico glamour
se le caían los pedazos,
que la ciega gloria colocó sobre sus hombros,
sin saber que las agujas en sus talones
no soportarían ni el peso de una pluma.
martes, 7 de abril de 2009
Visita (Oliverio Girondo)
No estoy.
No la conozco.
No quiero conocerla.
Me repugna lo hueco,
la afición al misterio,
el culto a la ceniza,
a cuanto se disgrega.
Jamás he mantenido contacto con lo inerte.
Si de algo he renegado es de la indiferencia.
No aspiro a transmutarme,
ni me tienta el reposo.
Todavía me intrigan el absurdo, la gracia.
No estoy para lo inmóvil,
para lo inhabitado.
Cuando venga a buscarme,
díganle:
"se ha mudado".
sábado, 4 de abril de 2009
A ella
¿Qué desventuradas sorpresas
narran el viento y los relámpagos?
¿Acaso es el canto
abrumador de las leyendas?
¿O es la memoria del comienzo?
La lluvia
puede ser esa niña hermosa,
haciéndose rogar,
pero que al llegar,
carece de imposibles.
Quizás sea el llanto
de la madre de madres,
llamada Naturaleza,
lamentando la muerte
de sus hijos asesinados
en manos de ambiciosos inescrupulosos,
ciegos que jamás entenderán
la inocencia que emanaban tus hijos.
Llora sobre mi hombro,
esta noche es solo tuya...
...................................Naturaleza...
miércoles, 1 de abril de 2009
Cansada
Estoy cansada de respirar,
de hablar,
de vivir entre la espera
y la desilusión,
harta de las injusticias,
y de las justicias que no llegan.
Cansada de los calvos gruñones,
de los cimarrones sin dientes,
que hacen mil ruidos al comer,
y estorban cuando se embriagan.
Intranquila por esta locura
que no me conduce a ninguna parte,
pero feliz de poseerla
y vivirla,
aunque me cueste la cordura.