Alerta máxima,
paloma comida por los perros,
muchacho atrapado en un closet de hierro,
no le teme al encierro
ni a la oscuridad,
sino a quienes lo llaman desde afuera.
Personajes secundarios,
dobles de riesgo,
susurro dominicano,
grito cubano,
el día que se hoyo latir un corazón,
ruido a platos rotos,
la señora que llora frente a
niños correteando en la vereda,
ese olor a agua
que no ha de caer.
Y en el sueño,
un pez que ha de morir de frío,
asfixiado por su propia terquedad,
mi ex marido en coma alcohólico
y mi novia con pasaporte falso
detenida en el aeropuerto,
una de dos,
ni una
ni a las dos,
pesadilla de una tarde de verano,
suplica por un invierno más duradero.