Estoy tan helada,
y muerta,
que ni el roce del viento
dispara caricias
a este cuerpo joven y viejo,
armadura que se quebraría
en cientos de cristales,
si alguna vez
alguien se animara a besarla.
El problema es que aún no han nacido
mortales capaz de ser tan crueles,
y odiosos con
sigo mismos.
2 comentarios:
pero que su corazón no lata no significa que no pueda sentir nada.
chica, me encanta como escribes!
te persigo :)
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