Cajones de la memoria
Revolví los cajones de la memoria
ya marchita y aplastada
como las rosas entre las hojas de los libros,
y solo hallé escritos añejos,
con sentimientos autodestructivos,
sin esperanzas de sobrevivir,
con telarañas debajo de las palabras...que se volvieron desechospara no recordarlos nunca más.
1 comentario:
A veces todo se marchita sin darnos cuenta...y lo peor es que no hay remedio ni se puede volver atrás...
Un saludo!
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