Sigue acurrucado
un abrazo invisible y sonoro,
sin tregua para este amor desesperado,
tic - tac - tic - tac...
después de tomar un sorbo de quietud,
la melancolía se queda dormida en mi regazo.
Mañana el diario
dirá mentiras otra vez,
la tv hará cara de espanto y sorpresa
ante hechos comunes;
y será un libro de hojas amarillas
el que rescate la siesta.
2 comentarios:
Me gusta la manera en la que tus escritos se desenvuelven, tienen cierto encanto y hacen que no te deje de leer :D
BUENO ME ALEGRO QUE ASI SEA. SER LEIDA YA ES UN HONOR
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