La gente se queja,
porque no tiene tiempo,
o porque tiene y no sabe que hacer con él,
por su existencia,
por su aspecto,
por ausencias,
de la locura del otro,
de la ceguera de algunos pocos,
de la sordera colectiva.
La gente también
suele quejarse de llena,
quizás fue el mismo día en que sus neuronas
se fueron a una fiesta electrónica
y no hicieron contacto al bailar.
Muchos se quejan de pocas cosas,
pero sin dudas,
toda queja es un sumbido,
de mucha queja quizás hay solo ruido,
coherencia y vacío.
Sin rezongar,
difícilmente habría sentido,
sin sentido,
es menos que nada.
viernes, 30 de abril de 2010
Libro de quejas I
Molesta cuando no puedo escribir
ni un verso coherente,
estorba el ambiente
el hablar constante de una docente
flaca y cabezona,
con aspecto amable e insoportable.
Ansío el silencio absurdo
y absoluto de la soledad temprana,
quiero café y cigarrillos
mientras escribo,
mientras pienso qué hacer con mi vida,
en fin,
una quiere tantas cosas,
que engorrosamente poseerá algún día.
Después de tanta queja rezongona,
escribí algo,
no tan parecido a la poesía.
ni un verso coherente,
estorba el ambiente
el hablar constante de una docente
flaca y cabezona,
con aspecto amable e insoportable.
Ansío el silencio absurdo
y absoluto de la soledad temprana,
quiero café y cigarrillos
mientras escribo,
mientras pienso qué hacer con mi vida,
en fin,
una quiere tantas cosas,
que engorrosamente poseerá algún día.
Después de tanta queja rezongona,
escribí algo,
no tan parecido a la poesía.
lunes, 19 de abril de 2010
Sr. Mínimo
Con cuarto de siglo
apretado entre la mugre
de tus dientes,
sigues jugando a los gángsters,
con tus amigos noctámbulos,
fue así como
conseguiste un master
resultaste ser
tan pésimo amante
que te masturbas pensando
en tu novia lesbiana,
la pobre
solo es capaz de lamerte los pies
mientras duermes.
a hablar como hombrecito serio,
tu disfraz de crítico
te dejó tirado en plena calle,
con los calzones meados
por el miedo,
le habían puesto cierre a tu boca.
que rasqueteabas
las suelas de tus zapatos,
buscando mierda para comer,
con tu culito apoyado
sobre el mínimo escalón
que en cuarto de siglo
lograste construir.
viernes, 16 de abril de 2010
Cachetada de loco.
Otoño,
panzón
siempre ocre,
pelado
viejo
pervertido
y con cigarro en mano.
Patos nadando
en el mate,
el muerto
y su esencia
somnífera,
gato negro
sentado en la ventana.
Los ladrones
llegán a la esquina,
manosean a las putas
y salen corriendo
como niños
que roban
caramelos.
panzón
siempre ocre,
pelado
viejo
pervertido
y con cigarro en mano.
Patos nadando
en el mate,
el muerto
y su esencia
somnífera,
gato negro
sentado en la ventana.
Los ladrones
llegán a la esquina,
manosean a las putas
y salen corriendo
como niños
que roban
caramelos.
jueves, 15 de abril de 2010
Isabel
miércoles, 14 de abril de 2010
... ¬¬
.
Jamás seré capaz de comprender la idiotez de los demás, puesto que no dedico mi vida al riguroso estudio de la mente humana. Me importa un bledo, el palabrerío absurdo de las ratas, si les importa mi malestar existencial o si he aumentado 2 o 180 kg la última semana. Consejo, servirse un buen plato repleto de mierda, con un rico vino cloacal.
Jamás seré capaz de comprender la idiotez de los demás, puesto que no dedico mi vida al riguroso estudio de la mente humana. Me importa un bledo, el palabrerío absurdo de las ratas, si les importa mi malestar existencial o si he aumentado 2 o 180 kg la última semana. Consejo, servirse un buen plato repleto de mierda, con un rico vino cloacal.
viernes, 2 de abril de 2010
Bienvenida paz
Se ha vuelto un acto de valentía,
quitarme la sonrisa,
ni la búsqueda infinita de un simple hola
en los ojos del olvido,
logran desenvolver a la tristeza,
de su letárgico aprieto.
Ni las palabras malditas
en boca de quienes viven otra vida
y no la suya,
serán capaces de desatar vientos
de paranóia y depresión.
Bienvenida paz,
para la Srta. Sweetblood,
todas las cosas en su justo lugar,
cigarrillos y café,
amigos y risas,
inquieta por un nuevo invierno,
sorda por el crujir de las hojas secas,
ya solo tus ojos verdes
serán los que dejen ciega a mi alma.
quitarme la sonrisa,
ni la búsqueda infinita de un simple hola
en los ojos del olvido,
logran desenvolver a la tristeza,
de su letárgico aprieto.
Ni las palabras malditas
en boca de quienes viven otra vida
y no la suya,
serán capaces de desatar vientos
de paranóia y depresión.
Bienvenida paz,
para la Srta. Sweetblood,
todas las cosas en su justo lugar,
cigarrillos y café,
amigos y risas,
inquieta por un nuevo invierno,
sorda por el crujir de las hojas secas,
ya solo tus ojos verdes
serán los que dejen ciega a mi alma.
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