lunes, 31 de mayo de 2010

Recurrente

No tuve más certezas que las que podría haber inventado,
la locura es un estado temporal de la razón,
y este olvido es moneda corriente
en los estadios del inconsciente.


Escapar de las ausencias recurrentes,
esconderse detrás de las paredes del tiempo,
susurrarle blasfemias a las vírgenes,
beber con los borrachos que se orinan en los pantalones
y le piden limosnas a las putas,
devolverte tu lado salvaje
para que sigas siendo miserable,
arrancarle los ojos a la oscuridad,
cortarle las manos a los que juegan con los niños,
manosear a la luna y a su concubina,
solo para quitarme de las suelas la inocencia,
para no ser nada en un todo,
oscuro y repleto de asqueadas almas,
cansadas de respirar bajo el lodo inmundo de la ciudad.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Cerca de la locura

Se llena la mente
de palabras serpenteantes,
más bien frases,
que diré,
imágenes con tu presencia,
tambalea la cordura
en la cuerda floja de la conciencia,
y eres el dueño de mis sueños.

Qué fácil soy para crear ilusiones,
todo por un par de latidos
que me digan que estoy viva,
cada vez que pienso
en tu rostro,
ojos capaces de resucitarme mil veces,
cada vez que muero al mirarlos.

Será mejor que disfrute el día gris,
y te guarde en la cajita
de los deseos imposibles.

sábado, 1 de mayo de 2010

Histérica I

Vomito
tu estúpida presencia
que hace señas para ser vista,
vomito
sobre tu memoria descuartizada,
casi artística.


Extraño
al lejano de ojos pequeños,
que emborracho mis oídos,
extraño
sentimiento de faltas injustificadas.


A veces duele hasta la médula,
a veces también hago señas de luces
para que me veas,
a veces tengo ganas de aplastarte
como a una cucaracha,
y llevar tus tripas en la suela de los zapatos.


Primero quiero un beso
de aquel hombre de ojos pequeños
y sonrisa perfecta
que se adueño de mis noches,
o prefierir el desvelo
a la desesperación.