miércoles, 26 de agosto de 2009

Alerta


Alerta máxima,

paloma comida por los perros,

la puta con vestido de novia,

muchacho atrapado en un closet de hierro,

no le teme al encierro

ni a la oscuridad,

sino a quienes lo llaman desde afuera.


Personajes secundarios,

dobles de riesgo,

susurro dominicano,

grito cubano,

el día que se hoyo latir un corazón,

ruido a platos rotos,

la señora que llora frente a la TV,

niños correteando en la vereda,

ese olor a agua

que no ha de caer.


Y en el sueño,

un pez que ha de morir de frío,

asfixiado por su propia terquedad,

mi ex marido en coma alcohólico

y mi novia con pasaporte falso

detenida en el aeropuerto,

una de dos,

ni una

ni a las dos,

pesadilla de una tarde de verano,

suplica por un invierno más duradero.


sábado, 15 de agosto de 2009

De la noche y de las sombras...


De los beodos encantos,
no nacen momentáneos futuros,
ni mueren promesas incumplibles,
pues solo hay resaca
mal recuerdo,
y perdidas de memoria.


De la noche,
todas las criaturas inimaginables,
esas que empalagan oídos
con las melodías jamás escuchadas,
criaturas desbordadas por la luz,
criaturas con tacos quebrados,
de rimel corrido,
con aroma etílico,
criaturas bien ergidas
esas que rompen corazones
y provocan ceguera.


De la noche,
la luna y las estrellas,
de las sombras...
las criaturas, los beodos,
deseos marchitos,
mar de lágrimas,
carcajadas,
botellas rotas y vacías,
de la noche las sábanas,
los pecados,
y en las sombras,
mi olvido.

martes, 11 de agosto de 2009

En el puente



Cierro los ojos
y estoy sobre un puente,
mirando los autos pasar,
me balanceo al compás del viento,
sentada sobre el pilar,
juego con el equilibrio,
y quiero dejarme caer,
volar por unos segundos,
tener alas,
mientras sigo escuchando este tema,
quizás sea esa guerra
que hay entre nosotros,
y no tenemos idea de su existir.


Ni hilando un puente,
llegaríamos a encontrarnos.

viernes, 7 de agosto de 2009

Sin Título


Sería capaz de enloquecer
al observar la curbatura exacta
de sus pies cuando está de tacones altos,
recuerdo que dije en silencio,
que sería capaz de dormir
sobre sus dunas y deserticas curbas,
hasta me hubiese perdido
alguna vez
en la corbatura de sus labios,
pero ese yo inventado,
jamás lograría sentir
estas falsas palabras,
porque le hablo,
a una mujer nonata,
sin sonata,
ni cuerpo musical
que la sostenga,
pero sí,
a las soledades,
nostalgias,
melancolías,
alegrías y tristezas,
que aunque carezcan de dunas y seda,
en sueños son todo y mucho más.