sábado, 26 de septiembre de 2009

El paracaídas que no abrio...


Hace mucho que no salto del paracaídas, literalmente hablando,
mucho menos alguien lo hace para mi.

Arriesgarse es anticuado,

o poco adecuado,

encontrar la aguja en el pajar ya es difícil,

hallar a alguien,
es una aventura que no pienso descubrir.


Pensar que hace más de un año,
lloraba como los cocodrilos,

imploraba explicaciones inexistentes,

a la persona menos indicada.

Tiempo, olvido y muerte de ciertas cosas...

domingo, 20 de septiembre de 2009

Cadenas, condenas.

Odio tanto los días flacos y grises,
que a la fuerza,
aprendí a quererlos,
con los años voy acostumbrándome
a todo lo que odio,
a este pueblo inmundo,
a esta casa horrible,
a mi estado deplorable,
a no tener ilusiones.


Lo que se odia se ama,
desgraciadamente es así,
no se puede soñar con cosas imposibles,
no se puede ser
lo que jamás se será.


Las alas para los pájaros,
y las cadenas para los reos
de la realidad.



lunes, 14 de septiembre de 2009

La manzana reflexiva

Últimamente no ando, ni para atrás ni para adelante, tampoco hacia los costados conocidos, no ando señores! se frenaron mis piernas, y si solo fuera eso... se han frenado las ganas, a esta edad donde nada es imposible, cuando la vida brilla jovial. A mi no me pasa lo mismo, soy una maniática depresiva, y no es porque los amores no funcionaron, ni porque no he conseguido un trabajo, o porque no haya terminado ninguna de las tantas carreras que empecé y dejé por la mitad; en estos momentos, me atrapa la desesperación de no saber qué es lo que quiero, eso me volvió maniática, y los años... depresiva. Pues no se trata de ser feliz, con todas las especias que esto lleva, pues no, se trata de ser optimista hasta el hartazgo, aunque uno mismo llegue a reconocer que se ha vuelto un idiota, de mostrar una sonrisa frente al espejo, por más forzada que esta parezca, de vivir la vida con todas las venturas y desventuras.
Ya que la felicidad no tiene conservantes, y en la heladera dura menos de dos días, mientras tanto... se tratará de reír y llorar, de sentir y odiar, aunque no se logre ser completamente feliz.

lunes, 7 de septiembre de 2009

El traje azul, el entierro y la manzana podrida

Tengo una maleta llena de cosas
que jamás usaré,

un bolso de mano
con papeles
en los que escribiré
las desventuras de mi cordura,
y un traje azul Francia,

que usaré para tu entierro.


También tengo las uñas quebradas,

el cabello corto
para no peinarlo,

los labios secos
como las hojas en otoño,

la voz cargada de nicotina
y alcohol,
parezco un cadáver inflado,
un pedazo de carne,

una manzana podrida,

repugnante y molesta
como el grano en la nariz,

eso que no se mira al pasar.


Pero tengo un traje azul Francia,

con zapatos a tono,

el mejor disfraz

para que nadie note

mi desmoronamiento,

porque es tu entierro

y se está de fiesta.

Wicked Game - Sweetblood