lunes, 27 de julio de 2009

Antes de dormir


Con Lola durmiendo en el sillón,
sentada como los chinos
en el suelo,
y mi cuaderno sobre la superficie plana
de un tronco,
sentí
como se desmoronaba
la semi - inspiración,
que aún siendo demasiado pequeña
para dedicarse al rubro,
lograba que mi lapicera en mano,
escribiera versos
que al releer arrojaría al fuego.


Puesto que ya ni siquiera
sé hacer bien mi trabajo de poeta,
me iré a dormir
antes que despierten los gallos,
pues en pocas horas,
comenzaré a rendirle honores al tiempo,
fabricando relojes.

miércoles, 22 de julio de 2009

Tarde lluviosa

La lluvia no cesa,
un perro espera en la puesta vecina,

pero nadie abre,

en el patio las plantas

yacen relucientes,

vivas,

quizás por el día gris
y helado.


Las llamas bravas

y ese calor tan bendito,

como el té que lentamente
va alivianando la fría siesta.



El cigarrillo aún no se consume,

no, como las líneas de esta hoja,
otra vez,

me hipnotiza el paisaje,

hasta que golpean la puesta,

y no es más que el vendedor
de perfumes de imitación,
después de unos minutos,

las muñecas emanan
un aroma
insoportable,

río al compás del tiritar
de aquel empapado
y desafortunado vendedor.


(Y digo)

gracias pero ninguno me convence,

(tono cínico)

disculpe,

y gracias otra vez
por las molestias.


Cierro la puerta,
y enciendo el octavo cigarrillo vespetino.

jueves, 16 de julio de 2009

No temo

No le temo ni a la muerte,
ni a los enanos,
ni a los ciegos con sordera,

ni al llanto de las musas sin dueño,

y repito,

no le temo a los insectos,
ni a los ineptos insensibles,
ni a mis zapatos recansadísimos
de ser recalzados

una y otra vez.


No le temo
a ese olvido
que llega enbuenahora,
ni al sonido de la memoria

que hace añicos el silencio.


Resumiendo...

le temo a poquísimas cosas,
más que nada,
a la parálisis de mis manos.

miércoles, 8 de julio de 2009

Mientras tomaba sol

Tomando una cerveza,
recostada en el sofá,

bajo la luz de un sol invernal,
esperando ser la que nunca fuí,
esperando nacer en el vientre ajeno.


Sé que no vendrás,
que jamás te fijarás en mí,
porque estás buscando a tu príncipe azul.


Seguiré recostada en el sofá,

quizás escribiendo versos sueltos,

borracha y mendiga,

fumando cigarrillos baratos.


Sin un centavo en los bolsillos,
no pido clemencia,

solo ser escuchada.

domingo, 5 de julio de 2009

Cotidianas I



La vida se ha vuelto

un acto de venganza,

contra enemigos anónimos

e invisibles,
tal es así,

que lo cotidiano,
se volvió más cotidiano todavía,
y aburre,

más que las semanas vacías

en las que solo pienso
en el frío beso de la muerte.



Quizás pensar en ella retoricamente,

sea insoportable,
pero es mucho más profundo,

que dormitar en vagas ideas cotidianas.



Es así,
mientras otros no tienen tiempo
para pensar,
algunos pensamos demasiado,

como si fuera un acto
de caridad forzado.