lunes, 14 de marzo de 2011

Ruptura

Los latidos imperceptibles de un insecto,
al fin
despiertan al niño cuervo.

En este paraíso imperfecto,
el amor se inyectaba
un 29 de febrero de algún año bisiesto,
las mariposas fueron masticadas
por diminutas serpientes de ácido.

Enterré su memoria en cajas de fósforos,
en esta vida guardé bajo tierra aquellas cosas
que no caben en los estantes.