miércoles, 8 de abril de 2009

Tazas de café




Tazas de café

embriagadas de licor,

que a falta de estímulo

las ideas danzan

esquivando la resaca del mañana.

Mis parpados a medio cerrar,

atrapados por la oscuridad

dejo que el alma se acurruque en el pecho,

que se acomode de forma felina

y por fin, caiga rendida en sueño.


A estas horas de la noche,

la muchedumbre se vuelve bromista,

las jóvenes sabuesos se disfrazan de arlequines

su sensualidad se vuelve burla,

hombrecitos que sueñan ser hombres,

usurpadores de palabras que no les caben en la boca,

se enamoran de bufones con taco

dejan su sueño en los rincones,

y olvidan que el amanecer esta a un paso

de encontrarles beodos

y abrazados a una ilusión de concreto.


Al otro lado de la calle,

las aves de rapiña

destrozan lo poco que sobra

de un vagabundo,

y a escasos pasos

al excéntrico glamour

se le caían los pedazos,

que la ciega gloria colocó sobre sus hombros,

sin saber que las agujas en sus talones

no soportarían ni el peso de una pluma.


1 comentario:

qaesar dijo...

Es que la noche, con su sensualidad, no sabe de medias tintas...

Bssss