domingo, 20 de junio de 2010

Entre lo que sucedió y pudo suceder...

He llegado a oír
que el viento le silba a los árboles,
para que bailen,
que las feroces tormentas
le quiebran sus brazos.

Hace tiempo alguien predijo mi destino,
y sin consentimiento,
escupieron sobre la mierda
de mis memorias ya olvidadas.

Así, una vez más
la metamorfosis comenzaba
sin arañas
sin pequeños Kafkas,
ni llamados de emergencias.

Hasta que por fin
las avenidas de la ciudad,
lloraron
por falta de soledad.

sábado, 5 de junio de 2010

Musas


Llegan al escritorio,
las musas que descansaban en los pantanos,
me acarician,
me besan,
y se van,
dejándome un húmedo recuerdo
para escribir,
dejándome un par de besos
que salvarán a la noche,
del cruel amanecer.