domingo, 20 de septiembre de 2009

Cadenas, condenas.

Odio tanto los días flacos y grises,
que a la fuerza,
aprendí a quererlos,
con los años voy acostumbrándome
a todo lo que odio,
a este pueblo inmundo,
a esta casa horrible,
a mi estado deplorable,
a no tener ilusiones.


Lo que se odia se ama,
desgraciadamente es así,
no se puede soñar con cosas imposibles,
no se puede ser
lo que jamás se será.


Las alas para los pájaros,
y las cadenas para los reos
de la realidad.



3 comentarios:

mün dijo...

que rico es llegar a un blog... y qu estè permitido fumar...

me gustó tu entrada...nopuedo decir mucho mas xq el sueño me mata...pero si no te comentaba ahora...no lo haria mañana...

bye... te mando un poco de cafè y tres cigarros de chocolate

Carlos Sandoval dijo...

Me gusta la poesía que pega como un gancho al higado, y apesar de ello, no deja de ser bella.
Te saludo, poetisa desangelada

PD: En el invierno de tu blog también está este saludo (junio)

Anónimo dijo...

las cadenas para los reos de la realidad